En este sexenio se trata de averiguar si se lograron los objetivos que son dirigidos a la educación los cuales son:
Ø Proporcionar educación básica a toda la población, lo cual si se consiguió.
Ø Vincular la educación terminal con la producción de bienes y servicios sociales.
Ø Elevar la calidad de la educación, no se consiguió mucho ya que los programas y los planes de estudio eran deficientes para elevar esta calidad de la educación.
Ø Fortalecer la cultura del país, pero los mexicanos no leían en ese entonces, que ni ahora tampoco, a lo cual se hicieron historietas para difundir la historia de México, y también se prestó atención a la radio y a la televisión para poder ampliar la difusión cultural, hacían todo lo necesario para que la población tuviera el interés de saber historia.
Ø Por último era la incrementación de la eficacia en el sistema educativo, en lo cual era desarrollar un apoyo administrativo adecuado para lograr que la SEP fuera realmente eficiente.
Ese conjunto de programas se llevó a la práctica a lo largo del sexenio. Los resultados mostraron la bondad de un enfoque de planeación práctico e imaginativo, fue justamente en 1982 cuando se alcanzó por fin el viejo anhelo de que todos los niños pudieran tener acceso al 1er. grado de la primaria. Eso fue posible porque se abandonó el esquema rígido de escolarización mediante planteles convencionales, siendo reemplazado por una variedad de estrategias: albergues escolares, transporte, instructores comunitarios, etc. Sólo así pudo abatirse la demanda marginal no atendida en varias décadas. La meta de la eficiencia terminal, por su parte, siguió sin poder alcanzarse.
Un rasgo importante de la política educativa del sexenio 76-82 fue el impulso a la descentralización educativa que se dio en marzo de 1978, con la creación de las delegaciones de la SEP en los estados de la República; esta política reforzaba intentos descentralizadores previos poco exitosos.
Los logros de la política educativa del sexenio se distaron mucho ya que la crisis económica se reflejó en la reducción de los recursos para la educación, en especial los relativos al salario de los maestros, que sufrieron un grave deterioro. Otro aspecto central de la política, el relativo a la descentralización, no mostró avance alguno.